En la Capilla del Palacio de la Moneda, los funcionarios junto al capellán católico padre Pablo Palma, ofrecieron al Señor y en especial a la Virgen en su mes, su trabajo y servicio.
Con una eucaristía presidida por el capellán Palma, los presentes tuvieron un momento de recogimiento y entrega en esta fecha tan importante para el mundo católico.
En su homilía el P. Pablo Palma recordó que así como la Virgen se confió a Dios para permitir la encarnación de Jesús, somos llamados a desarrollar la confianza y humildad, que nos permita hacer la voluntad de Dios en nuestras vidas, añadiendo que “debemos hacer lo que él nos diga, e ir donde nos envíe” “debemos ser obedientes y procurar hacer el bien”.
Al finalizar la misa, se bendijeron imágenes de la Virgen para ser llevados a las distintas dependencias donde los funcionarios, continuarán rezando el Mes de María.
A diferencia de otros países que celebran el Mes de María en mayo, con motivo del inicio de la primavera, Chile lo celebra en noviembre. Sin embargo, esta festividad no llegaba a Chile por coincidir con la estación otoñal, razón por la cual fue replicada en los meses de noviembre y diciembre para evitar el frío estacional. Es por ello que Monseñor Joaquín Larraín Gandarillas en 1854, propuso comenzar tal celebración desde el 8 de noviembre finalizando el 8 de diciembre con la festividad de la Inmaculada Concepción. Desde ese momento y como todos los años, son distintas las expresiones de fe que van dirigidas a la Virgen María.
El pueblo chileno le ofrece a la Virgen María, diferentes demostraciones de fe que van desde altares llenos de flores, rezos en parroquias, comunidades, colegios, grupos familiares y dos oraciones propias que están presentes al inicio y al final del mes.