Santiago, 19 de agosto de 2025.– Los días 12 y 13 de agosto se llevó a cabo en el Campus San Francisco de la Universidad Católica de Temuco el Congreso Internacional “Caminos de Paz: Religiones y Culturas en Diálogo”. La instancia reunió a más de 200 participantes en un espacio de reflexión y encuentro en torno a la importancia del diálogo entre religiones, espiritualidades y culturas para la construcción de la paz.
La génesis
La pregunta inicial fue: ¿qué tipo de Estado es capaz de acoger y facilitar un congreso como este? La respuesta: un Estado laico, dialogante e incluyente, donde nadie queda fuera.
Desde esa convicción se buscó transformar la habitual afirmación “las iglesias y comunidades de fe están donde el Estado no llega” en un compromiso mayor: pasar de la simple visibilidad de la diversidad a la conciencia plena de la pluralidad, como senda esencial para la convivencia y la paz.
Este principio, que ONAR ha procurado traducir del relato a la acción, encontró en el diálogo su vía más fecunda. Así nació un proceso que superó todas las expectativas, incorporando instituciones académicas, religiosas, embajadas y organismos internacionales, y que culminó en un documento participativo que dio origen a este sueño común. La Universidad Católica de Temuco asumió la coordinación y el desafío de ser anfitriona, brindando un espacio idóneo para un congreso marcado por el respeto y el anhelo compartido de avanzar, desde lo local y lo global, por caminos de paz.
Las jornadas y la convocatoria
Durante las dos jornadas participaron representantes de comunidades católicas, protestantes, de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, sikh, budistas, judías, musulmanas y de la espiritualidad mapuche, junto a académicos, diplomáticos, autoridades nacionales y regionales, así como encargados de oficinas de asuntos religiosos municipales. La pluralidad de voces dio lugar a un diálogo respetuoso y enriquecedor, reafirmando la necesidad de construir paz desde la diversidad cultural y religiosa.
Entre las autoridades internacionales y nacionales presentes destacaron el Cardenal George Jacob Koovakad, Prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso del Vaticano; el Dr. Abdullah al Arifi, Viceministro de Asuntos Islámicos de Arabia Saudita; Vera Leal Ferreira, Directora Regional del Centro de Diálogo KAICIID; y Dennis y Cynthia Lange, Directores del Foro Interreligioso de las Américas (FIDELA).
También asistieron el Dr. Gary Doxey, del Centro de Estudios sobre Libertad Religiosa de la Universidad Brigham Young (Estados Unidos); Pilar Bosca y Daniela Chávez, representantes de las Secretarías de Culto de Buenos Aires y Salta (Argentina); la Ministra de Culto de Bolivia, Elizabeth Ordóñez; y el Viceministro de Educación y Cultura de Paraguay, David Velázquez.
A nivel nacional, el subsecretario de la Secretaría General de Gobierno, Erwin Díaz, inauguró el encuentro. El congreso contó además con la presencia de Mons. Jorge Concha, Obispo de Temuco; la rabina Silvina Chemen, proveniente de Buenos Aires; y Joel Olmos, presidente de la Comisión de Diálogo Interreligioso de la Asociación Chilena de Municipalidades.
Ejes y metodología
Los principales temas tratados giraron en torno a la pluralidad y la libertad religiosa, las perspectivas globales y locales del diálogo, y el aporte de las religiones al desarrollo humano y la paz. Asimismo, se realizaron paneles y mesas temáticas sobre gestión pública de la diversidad religiosa, educación y juventud, reflexiones inter y transculturales, espiritualidades para el diálogo y la paz, y la relación entre religión, ética y política.
Una carpa especialmente habilitada para mesas de conversación facilitó el intercambio cercano entre los participantes, quienes compartieron experiencias y propuestas para fortalecer una cultura de paz. Este proceso fue acompañado por la Asociación Chilena de Diálogo Interreligioso (ADIR) y la Fundación Arigatou.
Una oportunidad para Chile
Para la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos (ONAR), este congreso representó una oportunidad clave para consolidar la cohesión social y reafirmar que el diálogo abierto, plural y respetuoso constituye un camino imprescindible hacia la paz duradera.